Amgilena, EL CAMINO
“ORGULLOSA DE SU PASADO, FORJANDO SU PRESENTE Y CONQUISTANDO FUTURO”
Si extrapolásemos algún concepto de la teoría evolutiva de Charles Darwin a nuestra agrupación musical de Gilena, sin duda, nos quedaríamos con: “La supervivencia del más apto”, refiriéndonos a esta agrupación en su conjunto.
¿Quién podía augurar, allá por el año 1984, cuando se fundó, la magnífica trayectoria que les aguardaba?
Año tras año hemos visto la progresión de nuestra banda. En este caminar, por muy diversas razones, nos encontramos con integrantes que tuvieron que abandonar el grupo, en tanto que otros componentes se unían a él. Esta peculiaridad de renovarse paulatinamente a través del tiempo es la prueba irrefutable de que nos hallamos ante un estamento vivo.
La supervivencia de una banda no es tan fácil como pueda parecer. Son muchos los factores que influyen en su desarrollo, en su declive, o, incluso, en su extinción. En esta, nuestra agrupación, no sólo apreciamos la aptitud antes referida, sino la actitud; esa forma de hacer las cosas -solemos llamarla entrega- que únicamente nos pueden llevar al arraigo y al fortalecimiento.
Como si de un puzle se tratase, cada pieza, cada integrante, es fundamental en el organigrama del conjunto, aunque asumiendo sistemáticamente que, antes que el individuo, prevalece siempre el colectivo.
Detrás de cada gran banda hay una gran labor. Consolidar la calidad musical, artística y humana es un logro arduo y complejo al que sólo se accede mediante serias pautas de trabajo, y una buena dosis de ejemplaridad.
De ahí, la importancia de sus dirigentes. Aquellos que inculcan el espíritu de grupo, la superación constante. Los que encuentran en cada nueva pieza un desafío. Personas que se han sentido responsables, y han sido capaces de transmitir esa responsabilidad a todos y cada uno de los componentes. Los que, en definitiva, han dotado a la agrupación de la enorme capacidad de emocionar al que escucha.
Si existe la clave del éxito la encontraremos en ellos. En cada pueblo, en cada ciudad, son admirados por sus interpretaciones; son queridos, puesto que sus intereses van mucho más allá de la remuneración económica. En cuanto al sentimiento de Gilena, sólo puede ser de orgullo. Si algo lo acredita, es que la consideramos nuestra: “Nuestra Banda”.
Es este compendio de admirables distintivos el que, sin duda, la emplaza en la senda de las grandes agrupaciones musicales.
Enhorabuena, banda. Lo habéis conseguido.
Mercedes Jurado Chia.
/24 Octubre 2016/